lunes, 14 de mayo de 2018

IGLESIA DE SAN LORENZO


La edificación de la Iglesia de San Lorenzo Mártir situada en la confluencia de la Calle Sagasta núm. 55 y Calle Armengual núm. 3 se inició en 1722 gracias al patrocinio del obispo Lorenzo Armengual de la Mota, con la intención de dotar al barrio de la Viña de una ayuda de parroquia

Las obras duraron cuatro años, siendo su maestro mayor y quien llevó la dirección de los trabajos el alarife Juan Agustín López Algarín. Posteriormente, intervino también el prestigioso alarife Blas Díaz, a quien se le atribuye la construcción de la torre. En torno a 1787 el arquitecto Torcuato Benjumeda remodeló las portadas del presbiterio y patio inmediato a la sacristía. constituyéndose un notable ejemplo de la arquitectura barroca religiosa gaditana, en la que sobresalen la magnífica portada principal y la torre.


La fachada principal es de líneas sencillas y se remata en un alto piñón. La portada tiene un ritmo vertical muy acentuado.
La Iglesia se estructura con planta de cruz latina, de una sola nave y crucero poco acusado. La nave está dividida en cuatro tramos separados por pilastras dóricas que flanquean vanos de medio punto de rosca moldurada que dan acceso a las diferentes capillas dispuestas en los muros laterales. 

Cada tramo de la nave está cubierto con bóveda de cañón con lunetos que alojan vanos que dan luz al interior del templo, flanqueada con arcos fajones que apoyan sobre el citado entablamento. El coro alto se levanta a los pies sobre el primer tramo de la nave. En su interior se encuentra un órgano realizado por el organero José García en 1793, y reformado en 1883 por Modesto Carrero. 


El retablo mayor, de madera dorada es una de las obras más logradas de la retablística barroca gaditana del siglo XVIII. Tiene un pequeño camerín que alberga la imagen de San Lorenzo talla policromada realizada por Miguel Táramos en 1725.
VIRGEN DEL PILAR

En la confluencia del crucero con el lado del Evangelio se sitúa el púlpito. Está realizado en 1727 en talleres genoveses con mármoles de colores, descansa sobre un pilar conformado por grandes volutas. Tiene planta cuadrada en cuyos frentes alterna el escudo del obispo Armengual con los emblemas de la parroquia, el pilar y la parrilla. 

Entre las pinturas y esculturas se cuentan piezas dieciochescas de origen sevillano, flamenco e italiano, con obras de José Montes de Oca, Antonio Molinari, Peter Reling y Domenico Parodi.

La Capilla Mayor del templo es la capilla funeraria del obispo Armengual, quien dispuso para este lugar la construcción de un suntuoso retablo de 8,30 x 15 m. aprox. Su compleja estructura y elevado coste no permitieron iniciar su construcción hasta 1727. Su novedoso diseño, basado en el uso del estípite y la decoración de menudos motivos vegetales y geométricos, hacen de esta pieza una de las de mayor envergadura artística entre las realizadas en Cádiz durante el primer tercio del siglo XVIII, siendo el artífice encargado de llevar a cabo esta obra el tallista Francisco López. 

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