Esta iglesia, de estilo barroco, forma parte del convento de San Francisco fundado en 1566. Ocupaba el actual Museo de Cádiz, con huerto en la actual plaza de Mina y la propia plaza de San Francisco.
En el siglo XVII es reedificada y durante el siglo XVIII se le realiza una reforma importante, bajo la dirección del arquitecto Francisco Badaraco, por la que se le confiere su fisonomía actual. De su apariencia primitiva sólo se conserva la capilla de bóveda esquilfada que da a la puerta lateral y la capilla de la Virgen de la Paz.
Las dependencias conventuales se centran en torno a un claustro manierista, de planta rectangular con arcadas sustentadas por columnas dóricas en su primer cuerpo y jónicas en la galería superior. El templo es de planta rectangular con una sola nave y capillas laterales que se fueron incorporando posteriormente, lo que le confiere un falso aspecto de iglesia de tres naves.
. De su interior destaca su retablo mayor obra de 1763 de Gonzalo Pomar de estilo rococó. Entre sus tesoros escultóricos sobresale un San Francisco de Asis, atribuido a Martínez Montañés y el Crucificado de la Veracruz traído de Napolés en 1733 y atribuido a Giussepe Piccano. Esta talla procesiona el Lunes Santo y es titular de la más antigua de las cofradías de penitencia de la Semana Santa gaditana.
Entre las capillas figuran la de Santa Isabel de Hungría, la de la nación portuguesa, del siglo XVI de estilo mudéjar, la de la nación flamenca, la de los navegantes cántabros, y la capilla de la nación francesa.
En el exterior, destacar la torre fechada en 1699 y rehabilitada, junto con las fachadas y el zaguán, por el arquitecto Juan Jiménez Mata.
También destaca el cimborrio, del siglo XVIII, con el que se corona la capilla mayor.
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