sábado, 21 de abril de 2018

CÁDIZ EMPORIO DEL ORBE, EL SIGLO DE ORO


A partir del último cuarto del siglo XVII  Cádiz se convierte en el Emporio deL Orbe, como la describe fray Gerónimo de la Concepción, carmelita descalzo, fallecido en 1698, en su libro de historia sobre Cádiz. 
Se producen distintos hechos que juegan a favor de Cádiz y en contra de Sevilla, su competidora. El tonelaje de los navíos de la Carrera de Indias no cesa de crecer por las necesidades del comercio y el desarrollo técnico, lo que dificulta su tránsito por el Guadalquivir a causa entre otras de la barra de Sanlúcar, mientras en Cádiz los barcos maniobran con facilidad. Los comerciantes extranjeros empiezan a preferir Cádiz por las facilidades de contrabando, los menores impuestos sobre las mercancías, importante mercado de dinero... A esto se une la epidemia de 1648 en Sevilla que provoca huida hacia poblaciones vecinas. Así Cádiz se convierte de facto en la cabecera de la Carrera de Indias, con el derecho del llamado “tercio de toneladas, aunque oficialmente no lo sea hasta 1717, cuando el Rey Felipe V decida trasladar aquí las dos instituciones claves del comercio de Indias: el Consulado, agrupación corporativa de comerciantes participantes en él, y la Casa de la Contratación, órgano regulador del tráfico mercantil hispano-americano. 

A Cádiz llegan grandes hombre de negocios del norte de Europa. Los nombres de Colarte, Lila, Wint, Panés, Ravaschiero o Recaño, entre otros, quedan unidos a la ciudad y sus hijos serán españoles de pleno derecho. franceses e Iitalianos, pero también irlandeses, ingleses, holandeses,...

La ciudad que rondaba los 7.000 habitantes en 1600 pasó a unos 41.000 habitantes en 1700. En 1786 en el censo de Floridablanca Cádiz era la cuarta ciudad de España en número de habitantes, tenía unos 71.500, sòlo superada en poco por Barcelona y Sevilla, y casi duplicada por Madrid.

La ciudad se extendió rápidamente en el poco terreno que le quedaba, pero esta vez de una forma planificada. Las familias acaudaladas del barrio de Santa María se mudan a las nuevas zonas, quedando este barrio con sus estrechas calles para las clases más populares. Nacen tres barrios de gran interés: el de la Viña, sobre el espacio de cultivo que le da nombre,  tambien de pescadores, obreros y artesanos, el de San Carlos en los años ochenta del seiscientos, próximo al puerto en el ángulo nororiental de la Punta de San Felipe, una perla del urbanismo neoclasico gaditano,  y el barrio de San José, en extramuros de Puertas de Tierra. 

Al final del siglo XVIII la ciudad adquiere la fisionomía que se ha mantenido hasta la actualidad y que podremos admirar contemplando la maqueta en maderas nobles marfil y plata  de la ciudad que existe en el Museo de las Cortes de Cádiz.

Del libro Recorrido por la cuidad de Cádiz y su historia de D Manuel Bustos Rodríguez


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