lunes, 30 de abril de 2018

Templos fenicios de Gadir.


Otro de los factores que indican la gran importancia de Gadir es que los fenicios construyeron tres templos para sus dioses, el de Astarté, de Cronos o Baal Hammon y el de Melkart o de Hércules, este en Santi Petri, más alejado del núcleo de población.

El Templo de la diosa Astarté estaba en Punta del Nao -hoy en día una especie de arrecife medio sumergido- cerca del Castillo de Santa Catalina, representaba el culto a la madre naturaleza, a la vida y a la fertilidad, se representaba desnuda;  el Templo de Cronos o Baal Hammon, muy cerca, en lo que actualmente es el Castillo de San Sebastián. Era el rey de la guerra, la lluvia y el trueno. Se representaba con figura de hombre.

El mas importante era el de Melkart . Los hallazgos de este último santuario, en forma de figurillas de bronce, nos hablan de la religiosidad de los marinos fenicios y de su agradecimiento al dios por permitirles navegar en el Extremo Occidente.

El dios  fenicio Melkart, señor de Tiro y de Gadir, se fundió con el griego Heracles-Hércules y siguió reinando con este nombre en el estrecho de Gibraltar, un paisaje que creó con sus propias manos al separar las dos grandes rocas o columnas que llevan su nombre: las Columnas de Hércules. El geógrafo romano Pomponio Mela, nacido muy cerca de Cádiz, escribía en el siglo I d.C. que el templo de Melkart "era célebre por su veneración, por su antiguedad y por sus riquezas", y añadía que "su santidad estriba en que guarda las cenizas de Hércules"; el santuario contaba con un oráculo que fue visitado por Aníbal y Julio César, a quien predijo su grandeza.

La importancia del templo iba más allá del ámbito estrictamente religioso, ya que desempeñaba un papel económico de primer orden. El dios, patrono de marinos y comerciantes, garantizaba la calidad de las mercancías, la corrección de pesos y medidas empleados en las transacciones y el valor de los acuerdos comerciales que se cerraban en su recinto sagrado.

DAMA DE CÁDIZ


La Dama de Cádiz. Casi un siglo después del hallazgo del  sarcofago fenicio masculino,  en 1980, se encontró un sarcófago femenino, con el que descansa hoy como pareja, aunque no tuvieron ningún tipo de relación, ya que fue localizado en puntos muy distantes de la ciudad, además de datar del 470 antes de Cristo.

El sarcofago de la 'Dama de Cádiz' apareció durante unas obras en la antigua calle Ruiz de Alda, en lo que había sido la casa de Pelayo Quintero, arqueólogo y director del Museo de Bellas Artes de Cádiz entre 1918 y 1946, quien precisamente pasó gran parte de su vida convencido de que en el subsuelo de la ciudad, en alguna parte, existía un sarcófago antropoide fenicio femenino. De hecho, dedicó parte de su existencia a buscarlo, pero falleció sin conseguirlo y sin saber que el sarcófago femenino descansaba justamente bajo sus pies.

BALBO EL MENOR


Cuando veáis esta estatua en Cádiz debéis saber que es Balbo el Menor el que mando construir el teatro romano y otras muchas obras de Gádes.
En la gran prosperidad de la Gades tuvo mucha que ver la familia fenicia de los Balbo, enriquecidos por el comercio, y especialmente Balbo el Mayor y su sobrino Balbo el Menor.
Lucio Cornelio Balbo el Mayor. Gades 97 a C. Alcanzó los más altos puestos durante el Imperio Romano siendo el primer extranjero que llegó a ser cónsul de Roma en el año 40 a.C.
Su encuentro con Julio César que vino a la Bética como cuestor en el 69 a.C, le convirtió en su consejero y amigo. Este año Cesar de la mano de Balbo va al templo gaditano de Hércules-Melkart a rezar ante la divinidad fenicia y, según Suetonio, «al contemplar una estatua de Alejandro Magno se echó a llorar, como avergonzado de su inactividad pues no había hecho todavía nada digno de memoria en una edad en la que ya Alejandro había conquistado el orbe de la tierra sería crucial para su futuro. Esta amistad se vio confirmada con el regreso de César a la Bética, ahora como propretor de la Hispania Ulterior en el año 61 a.C, proporcionando Gades un gran apoyo a la flota romana en su campaña de Lusitania, donde Balbo ya era oficial de la plana mayor de César. 

Balbo fue el autor de un diario titulado Ephemeris, el cual no se ha conservado, y que contenía los acontecimientos más notables de su vida y de la vida de César.


domingo, 29 de abril de 2018

HOSPICIO PROVINCIAL. EDIFICIO VALCÁRCEL


El edificio del Hospicio de la Santa Caridad fue terminado gracias a la generosidad del Marqués del Real Tesoro. El proyecto se finalizó por el arquitecto Torcuato Cayón de la Vega en 1763.

Este edificio de grandes proporciones  mezcla en él las muestras del último barroco gaditano con los nuevos cánones academicistas. La fachada presenta un cuerpo o basamento de dos pisos, con piedra vista y dos plantas superiores, encaladas y decoradas con pilastras y columnas adosadas de piedra vista. En el interior, existe un patio que centra el resto de las dependencias, con la fachada de la proyectada iglesia rematada con un frontón. Se ha querido ver en su frente la influencia del patio de los reyes del Monasterio del Escorial.


Además de hospicio ha sido hospital de pobres e indigentes, casa de enfermos psíquicos y mentales, colegio e instituto de secundaria, escuela de hostelería y ha estado varios meses en poder de okupas.
Tras el intento fallido de construir un hotel de lujo, en septiembre de 2017 se aprobó destinarlo a Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Cádiz.


CASA DE VIUDAS


Tiene su origen en una institución benéfica creada por el comerciante acaudalado nacido en Damasco Juan Clat Fragela, propietario de la Casa de las Cuatro Torres, con el fin de acoger a viudas y huérfanas sin recursos económicos. Esta situada en la Plaza de Fragela frente al Gran Teatro Falla.

El edificio data de 1756 y tiene las características de la arquitectura civil y religiosa del barroco gaditano. Es de líneas sencillas con dos plantas organizadas alrededor de un patio con cuatro crujías. La planta del patio presenta arcos rebajados por columnas toscanas y pilares ochavados de mármol. En el piso superior hay un pequeño oratorio con planta de cruz latina y una nave, cuyo presbiterio es presidido por un retablo neoclásico imitando mármoles donde se sitúan lienzos que representan a la Virgen del Pópulo, San Juan Bautista, San Pablo y el Salvador. La nave acoge interesantes pinturas barrocas del siglo XVII, así como una tabla de tradición bizantina del siglo XVI y una colección de cobres barrocos con escenas de la vida de Cristo.


El edificio es propiedad de la Fundación Fragela dependiente de la Orden Franciscana, ha sido rehabilitado respetando la estructura originaría mediante un convenio con la Junta de Andalucía, destinándose a centro de día con capacidad para 150 personas mayores y 70 plazas de residencia permanente para ancianos.

sábado, 28 de abril de 2018

UN PASEO POR EL CAMPO DEL SUR Y ... DE LA MANO DE JESÚS ESPIÑEIRA


Jesús Espiñeira nos invita a un paseo por el Campo del Sur que inicia desde esa vista obtenida desde la Plaza de la Estrella.

COLUMELA


Lucius Junius Moderatus,  de sobrenombre Columela, mejor tratadista agrónomo romano y visionario adelantado a su tiempo, nació en Gades en el 4 d de C y murió el 70 d C.  Su familia poseía tierras en Jerez  donde fue instruido en el amor a la naturaleza. Fue militar, desempeñando el grado de tribunus militum en la legio VI Ferrata, de servicio en Siria, pero se interesó más por el cultivo y explotación de fincas rústicas, de los que se ocupó en la práctica, en fincas que poseyó en la Italia central. El libro De re rustica o Doce libros de agricultura, constituye el tratado latino más completo sobre las cosas del campo. En él, Columela hace un estudio de la agricultura en general, el laboreo de los campos, la viticultura y arboricultura de frutales, ganadería, avicultura, piscicultura, temas veterinarios y otros.
Sus conocimientos sobre agronomía influyeron mucho sobre autores posteriores, Plinio el Viejo, Gargilio Marcial, Pelagonio, Paladio,...
Fue muy amigo de Séneca y conoció a Tiberio,  Caligula, Claudio y Nerón.

La calle Columela de Cádiz que lleva su nombre es la calle más comercial del centro, une la calle San Francisco con la Plaza de Las Flores donde se encuentra su estatua. También lo recuerda el instituto que está junto a las Puertas de Tierra.

EL HOSPITAL DE MUJERES


El Hospital de Ntra. Sra. del Carmen, construido gracias a las aportaciones del Obispo D. Lorenzo Armengual con ayuda del Marqués de Campo Alegre, fue inaugurado el 16 de octubre de 1749. Dedicado a la atención de mujeres enfermas, se puso bajo el cuidado de las Carmelitas. Hasta entonces sólo había dos camas para mujeres en el hospital existente en la  ciudad, el de la Misericordia.

Es uno de los más bellos edificios barrocos de mediados del siglo XVIII, obra del maestro mayor Pedro Luis Gutiérrez de San Martín, más conocido como Maestro Afanador. Está situado en la calle Hospital de Mujeres.


El edificio, que posee una amplia y ricamente adornada fachada, se dispone en torno a dos patios de columnas toscanas comunicados, entre los cuales se alza la escalera que puede considerarse una de las más interesantes del barroco andaluz. Los zócalos de ambos patios están decorados con azulejos holandeses mezclados con ladrillos y placas de mármol. En esta parte destaca el Vía Crucis de azulejos sevillanos datado en 1749, cuyas escenas están basadas en grabados italianos y flamencos del siglo XVII.


Entre el patio y la fachada se sitúa la Capilla de Ntra. Sra. del Carmen, de planta de salón y dividida en tres naves por columnas dóricas de mármol. Contiene un interesante conjunto de retablos, el que ocupa la capilla mayor es obra neoclásica, realizada en madera imitando mármol, y alberga una hornacina con la imagen de Ntra. Sra. del Carmen de finales del siglo XVII. Entre la profusión de obras de arte de la capilla, destaca sobre manera el lienzo La Visión de San Francisco con el Compañero de Espalda, fechada en torno a 1601, obra de El Greco y que perteneció a la colección privada del obispo Armengual. A su muerte pasó a su hermana y de ahí al hijo de esta, que lo donó en 1974  al Obispado con la condición de que jamás fuera enajenado.
En ella se muestra la plena madurez de su autor y las formas manieristas tan características de su producción pictórica. La falta de medios económicos obligó al Obispo Antonio Añoveros a la clausura del hospital en 1963, y es, desde entonces la sede del Obispado de Cádiz y Ceuta.

viernes, 27 de abril de 2018

LA CASA DE LAS CUATRO TORRES


Está situada en el corazón del barrio de San Carlos, en la Plaza de Argüelles. Es un conjunto armónico formado por cuatro casas totalmente independientes concebidas con un espíritu unitario, fue construida entre 1736 y 1745 por iniciativa del comerciante nacido en Damasco en 1656, de nacionalidad griega, llamado Juan Clat Fragela, que llegó a Cádiz en 1683 montando una mercería y que hizo una gran fortuna participando en la Carrera de Indias. De gran generosidad y preocupación social fundó y construyó un hogar para pobres viudas y doncellas huérfanas la Casa de Viudas y Huérfanas en la Plaza que lleva su nombre y en la que también se encuentra el Teatro Falla. Falleció en 1756 a los cien años de edad.


El edificio de las cuatro torres es de traza barroca, planta rectangular y sus fachadas concentran la decoración en los ángulos a base de pilastras pareadas con superposición de órdenes. Sobre ellas se levantan cuatro esbeltas torres-miradores de tipo de garita. Estas torres forman, sin lugar a dudas, el conjunto más logrado y de mayor monumentalidad de todas las torres realizadas en Cádiz. Sus muros conservan gran parte de la originaria decoración pictórica en almagra roja, concentrada principalmente en la planta superior y torres. 


Cada una de las casas se organiza en torno a un patio al que se abre una escalera por medio de una triple arcada sustentada por columnas de mármol. Se alquilaba a los comerciantes que tenían que residir algún tiempo en Cádiz. En ella se situó durante algún tiempo la Capitanía General y fue asimismo vivienda del héroe de la independencia americana Francisco de Miranda.

La Casa de las Cuatro Torres está declarada Monumento, en virtud al Decreto 1004/1976 de 2 de abril. Desde 2017 una de ellas es un hotel.

miércoles, 25 de abril de 2018

LA BELLA ESCONDIDA


Oculta y enigmática, además de bella. La torre que nace en el número 13 de la calle José del Toro y que se esconde de los ojos de los transeúntes es única en el horizonte gaditano. Su elevación desde el suelo, su planta octogonal, su monumental fachada adornada con pinturas esgrafiadas y azulejos, y sus pilastras le otorgan esa singularidad, a la vez que un halo de misterio.

Fue erigida en el primer tercio del siglo XVIII para que fuera admirada por una mujer, la hija del propietario del palacete de José del Toro. El progenitor la mandó construir para que su joven descendiente, que había ingresado en el convento de las Concepcionistas franciscanas ubicado en la calle Feduchy, pudiera contemplarla desde el patio de su nueva morada. Tal monumento le haría sentirse orgullosa de su familia, y le proporcionaría la suficiente fuerza para soportar los votos de castidad, obediencia y pobreza.


La torre está integrada en una hermosa casa palacio y sólo puede ser observada desde otras torres o azoteas.

D. BLAS DE LEZO. 1689-1741.


Un vasco cuya relación con Cádiz fue muy intensa durante toda su vida. Su estatua se encuentra en el Paseo de Canalejas. En una de las inscripciones puede leerse:
«…dile a mis hijos que morí como un buen vasco, amando y defendiendo la integridad de España y del Imperio, gracias por todo lo que me has dado mujer (…) ¡Fuego! ¡Fuego! ¡Fuego!»,

Nacido en Pasajes, Guipúzcoa, en 1.689 Blas de Lezo y Olavarrieta dedicó toda su vida al servicio de España. Con tan solo quince años participó en la Batalla de Málaga, en la que se enfrentaron 96 naves de guerra franco-españolas ante 53 navíos ingleses. En aquella contienda perdería su pierna izquierda por un disparo de un cañón y fue ascendido a alférez de navío, comenzando a forjar su historia. No quiso dejar de estar al servicio de su país y siguió luchando. En la Batalla de Tolon, perdía un ojo y en asedio de Barcelona uno de sus brazos quedaba inutilizado. Por entonces comenzó a ganarse apelativos como 'mediohombre' o 'patapalo', algo que soportaba estoicamente.

En 1723 le encomendaron la tarea de limpieza de piratas en la costa del Pacífico. Sus buques hicieron su trabajo en las latitudes peruanas mientras seguía forjando su leyenda. En 1730 regresó a España convertido en jefe de la escuadra naval del Mediterráneo y le fue ordenado dirigir buques hasta Génova para recuperar un dinero confiscado. Sin ni siquiera disparar sus naos conminó a los genoveses a devolver ese dinero, además de obligar a rendir honor a la bandera española desde esa ciudad.

Otro de sus episodios más destacados fue la resistencia en la ciudad de Cartagena de Indias. Allí llegaba ya como teniente general de la Armada en 1737 y cuatro años más tarde, con tan solo apenas 3.000 hombres, hizo frente a 186 navíos ingleses, 2.000 cañones y 27.000 combatientes enemigos. Más de dos meses de continuo asedio no pudieron con la ciudad cuyo comandante general era Blas de Lezo, infligiendo una humillante derrota a la armada inglesa de la cual sus historiadores se encargaron de ocultar a lo largo de los siglos. Allí en Cartagena de Indias encontraría su muerte un tiempo después por una epidemia de peste

TORRE TAVIRA - Palacio de los Marqueses de Casa Recaño.


En el ángulo derecho de la fachada principal del Palacio de Recaño se eleva una esbelta torre, La Torre Tavira, la cota más alta de la ciudad, ya que está a 45 metros sobre el nivel del mar y en el centro del casco antiguo. Por este motivo fue designada torre vigía oficial del puerto de Cádiz en 1778. Lleva el nombre de su primer vigía,  el teniente de fragata D. Antonio de Tavira. Se articula en dos cuerpos, el primero con vanos geminados de medio punto separados por una columna de mármol,  y el segundo decorado con pinturas geométricas a la almagra.

En 1994 se inauguró en ella la Cámara Oscura, que consta de un sistema óptico que refleja en una pantalla blanca circular las escenas que ocurren en el exterior a 360 grados en tiempo real. Es de gran interés turístico.

D. Bernardo Recaño Muzi llegó a Cádiz procedente de Génova a finales del siglo XVII, para colaborar en la dirección del negocio comercial de su tío Bernardo Recaño de la Torre, establecido en Cádiz desde los años sesenta. En 1719 consiguió la nacionalidad y cuatro años después, en 1723, el Título de Castilla de Marqués de Casa Recaño. La familia mantuvo su fortuna durante todo el siglo con grandes vinculaciones con Génova y América, con la Iglesia y el Ayuntamiento.

El palacio de los Marqueses de Recaño fue levantado hacia 1730. Sigue el esquema habitual de las casas de cargadores a Indias, al gusto del barroco dieciochesco, caracterizado fundamentalmente por el afán de verticalidad, con su impresionante torre.


En esta casa-palacio tuvo su primera sede el Tribunal Supremo en 1812, de donde se trasladó a Madrid. Allí permaneció la Escuela de Nobles Artes de Cádiz hasta 1838. En 1857 se inaugura en la casa la Escuela Normal de Magisterio y posteriormente es adquirido el edificio por las Hermanas de la Caridad para la apertura del Colegio de Jesús, María y José. Ha sido hasta hace pocos  años sede del Conservatorio Manuel de Falla. 
En este palacio, propiedad del Ayuntamiento de Cádiz, se instalará próximamente Museo del Carnaval.


domingo, 22 de abril de 2018

LAS TORRES MIRADORES


Cádiz se transformó en el S.XVIII en una de las ciudades más bellas de Europa, bien trazada, adoquinada, limpia, con casas más altas de lo común rematadas por una torre que servía de vigía. Era una ciudad de vida cara, un gran centro para el comercio, cosmopolita y con muchos extranjeros (genoveses, ingleses, franceses, holandeses...) que hicieron mundialmente famosa a Cádiz.

Las torres eran lo primero que divisaban los viajeros 
que llegaban por mar, y observaban la silueta pintoresca y diferenciadora que le conferían a la ciudad. Son uno de los elementos más característicos de la arquitectura gaditana. Sin precedentes en la arquitectura de la baja Andalucía, se le atribuyen influjos norteafricanos.

En el S.XVIII, no había comerciante gaditano que se preciara que al construir su casa no sumara en ella el añadido de una torre mirador. Las torres de Cádiz fueron el resultado del prestigio y auge que esta ciudad tomó con motivo de su comercio con las Indias occidentales.

Hay varios tipos de torres, entre ellas, las mas numerosas son las torres de garita. Sobre la torre se levantaba una garita de planta por lo general octogonal consiguiendo así aumentar la altura total. En la interior de la garita, por una escalera de caracol se podía subir hasta la pequeña cúpula donde se dejaban unos huecos para poder mirar con prismáticos.

Si nos fijamos, las cúpulas o mejor dicho las cupulillas son diferentes entre sí. En general para decorar las torres miradores, se utilizaban elementos arquitectónicos como molduras, pilastras o cornisas, además de pictóricos, normalmente motivos geométricos que nos recuerdan un poco al arte mudejar. Se buscaba llamar la atención, ser originales, distinguirse; la casa era una forma de mostrar la categoría e importancia del comerciante.

Generalizado su uso entre los siglos XVII y XVIII, en la maqueta de Cádiz de 1777, situada en el Museo de las Cortes (C/ Santa Inés) se pueden contar 160 torres miradores, de las que actualmente quedan aproximadamente 126.

Esta increíble vista aérea de mediados del siglo XIX se la debemos a D. Alfred Guesdon, litógrafo, viajero y arquitecto francés, forma parte de la colección "L´ Espagne a voi d´oiseau". Era una técnica pionera que se realizaba tomando fotografías desde un globo aerostático a cien o doscientos metros de altura.


CÁDIZ, GUERRA DE SUCESIÓN Y CIUDAD ILUSTRADA


La guerra de Sucesión al trono de España tras la muerte de Carlos II sin descendencia, supone un pequeño paréntesis en el esplendor de Cádiz al provocar un complicado conflicto internacional entre los dos candidatos, Felipe de Anjou, de la Casa de Borbón, nieto de Luis XIV de Francia, y el Archiduque Carlos de Austria, de la casa de los Habsburgo. La flota aliada favorable a Carlos, bajo mandato inglés, formada por 207 barcos y 14.000 hombres, ataca Cádiz en 1702 pero esta vez, al contrario de lo ocurrido en 1596, la ciudad es un auténtico bastión y rechaza a los ingleses que a continuación toman Gibraltar, que queda bajo control británico tras la firma del Tratado de Utrech en 1713 hasta  nuestros días.

El apoyo de Cádiz a Felipe V, le vale a la ciudad los favores del monarca y su Gobierno, entre otros haciendo surgir en su seno tres instituciones señeras de la Ilustración: 

La Escuela de Guardiamarinas (1716) para la formación de los oficiales de la Armada. Ubicado en el antiguo Castillo de la Villa. Trasladada en 1769 a San Fernando.

El Real Colegio de Cirujanos de la Armada (1748), creado a instancias del Marqués de la Ensenada y de Pedro Virgili,  su primer director. Es la primera institución de Europa en conceder el título de Médico-Cirujano, y la primera universidad de Cádiz. Este edificio fue demolido para construir la Facultad de Medina actual, conservándose la capilla, hoy Iglesia castrense del Santo Ángel, junto con libros y piezas de sus orígenes.


El Observatorio Astronómico de Marina (1753) Ubicado en el antiguo Castillo de la Villa y trasladado en 1797 a San Fernando. Fue creado para enseñar astronomía a los futuros oficiales. Continúa funcionando como observatorio astronómico y geofísico, y como centro de investigación. Es una visita muy interesante.

sábado, 21 de abril de 2018

Yacimiento arqueológico Casa del Obispo


El yacimiento arqueológico de la Casa del Obispo se haya enclavado en Plaza San Félix 5 en pleno centro histórico de la ciudad, entre la antigua catedral y la catedral nueva,  permite comprobar la evolución de la ciudad desde el siglo VIII a.C hasta el siglo XVIII de nuestra era. Los restos arqueológicos más antiguos pertenecen a una pequeña edificación fenicia arcaica del siglo VIII a.C. La siguiente estructura en interés es un monumento funerario de época fenicia cuya cronología es del siglo VI a.C. que conforma junto con sus anexos excavados en la roca, uno de los conjuntos funerarios más importantes de la península Ibérica. En época romana republicana se adosa a los edificios púnicos un nuevo conjunto con una transformación del ritual relacionándose con el agua. El aumento en importancia de este espacio cultural culmina en época antigua con la reestructuración del espacio dotándolo de una gran monumentalidad destacando los restos de un templo romano perteneciente a un conjunto de tres dedicados a Apolo, Esculapio e Hygia (Asklepieion)

BARRIO DEL PÓPULO


En el siglo XVI, sobre una de las puertas de las murallas que rodeaban la villa de Cádiz en la Edad Media, se colocó un cuadro de la Virgen pintado por el artista italiano Antonio Franco, con el fin de que sirviera de protectora de aquella entrada. Bajo el cuadro se escribió esta jaculatoria en latín: ORA PRO PÓPULO; es decir, ruega por el pueblo. De aquí nació el nombre del barrio.

Este barrio esta cargado de historia y es el origen de la impresionante ciudad actual que ahora conocemos.

El barrio estaba circundado por murallas y un castillo, defensas que mandó construir el rey Alfonso X el Sabio en el siglo XIII, sobre las murallas árabes existentes.

El barrio sigue conservando las tres puertas existentes en tiempos de Alfonso X, el Arco del Pópulo o Puerta del Mar, por la que se accedía la zona portuaria. de la época almohade, como todo el perímetro amuralaldo original; el Arco de los Blancos o Puerta de Tierra, vestigio de una antigua puerta romana, y el Arco de la Rosa, puerta occidental construida en tiempos de Alfonso X.



IGLESIA DE LA SANTA CRUZ O CATEDRAL VIEJA DE CÁDIZ

La Iglesia de Santa Cruz o Catedral Vieja es el templo con mayor historia en la ciudad, fue levantado sobre el solar de la principal mezquita musulmana de la ciudad. Se construyó a instancias del Alfonso X el Sabio y se erigió como catedral en 1263 hasta 1838. El Rey Sabio expresó su deseo de ser enterrado en su cripta, si bien nunca fue cumplido.

El edificio original era gótico-mudéjar con tres naves y cubierta de artesanado. De la época sólo se ha conservado la cripta del torreón, la capilla del bautismo con bóveda de crucero y los arcos ojivales del muro a los pies del templo.

El asalto anglo-holandés de 1596 la dejó muy dañada debido a su incendio. La necesaria reconstrucción de 1606 se aprovechó para ampliar el templo, con planta de salón y falso transepto, dividida en tres naves por columnas toscanas que sostienen arcos de medio punto.
El exterior es de gran sencillez, reforzada esta sensación por haber sido despojada de la monumental portada lateral cuyos elementos se emplearon en la decoración de la Catedral Nueva. Los únicos elementos decorativos son tres escudos colocados sobre el dintel con los emblemas de los Reyes Católicos, el  catedralicio y el del obispo García de Haro. La torre, que se encuentra separada de la fábrica de la iglesia y anexa al edificio de la Contaduría, tiene planta rectangular rematada con un chapitel poligonal recubierto de cerámica vidriada.

En el interior destaca el retablo mayor, pieza fundamental del barroco gaditano. Realizada en madera dorada, fue trazada y ejecutada en 1640 por Alejandro de Saavedra, siendo realizada la decoración escultórica por Alonso Martínez en 1658. Presenta un solo cuerpo dividido en cinco calles por pilastras y columnas acanaladas. La calle central se encuentra resaltada por columnas salomónicas y tiene forma de hemiciclo con doce hornacinas que albergan el apostolado.

Destacable son también los exornos e iconografía de la capilla de los genoveses, dispuestos sobre retablo de mármoles de colores fechado en 1671 y sobre los que destacan las figuras de San Lorenzo, San Jorge, San Bernardo y San Juan Bautista. Posee esta capilla un crucificado de madera muy notable fechado a principios del siglo XVII.

Barrio de Santa María del Arrabal


Su nombre se debe a la ermita de Santa María existente allí antes de poblarse y que posteriormente se convirtió en iglesia. Surgió en el siglo XV, cuando la villa medieval comienza a desbordarse y surge este arrabal, con un dominante carácter mercantil y marinero.
El barrio se extiende desde las Puertas de Tierra hasta la plaza de San Juan de Dios y el barrio del Pópulo.
Un barrio con una gran tradición flamenca, Enrique el Mellizo, uno de los padres del cante jondo, nació en el barrio. 
Un lugar de calles muy estrechas, serpenteantes, paredes encaladas, balcones con geranios, donde el arte recorre cada una de sus calles, un barrio fervoroso con sus iglesias de Santo Domingo, la Merced y Santa María.
El Convento de Santa María de las Concepcionistas, 1527, fue la primera orden religiosa instalada en la ciudad. En la iglesia se venera una imagen del Nazareno, el Greñúo, de finales del siglo XVI, muy querida, que ostenta desde 1681 el título de Regidor Perpetuo de la Ciudad de Cádiz, tras su intercesión en la erradicación de la epidemia de peste que azotaba la ciudad desde años atrás.
Un barrio con importantes obras testigos del tiempo en esta ciudad trimilenaria como son las Murallas de Puerta Tierra, la Casa de Iberoamérica (antigua Cárcel Real), el edificio que alberga el Palacio de Exposiciones y Congresos (antigua fábrica de tabacos), la casa palacio de los Lilas en la calle Sopranis, o la de Lasquetty en la calle Santa María.


CÁDIZ EMPORIO DEL ORBE, EL SIGLO DE ORO


A partir del último cuarto del siglo XVII  Cádiz se convierte en el Emporio deL Orbe, como la describe fray Gerónimo de la Concepción, carmelita descalzo, fallecido en 1698, en su libro de historia sobre Cádiz. 
Se producen distintos hechos que juegan a favor de Cádiz y en contra de Sevilla, su competidora. El tonelaje de los navíos de la Carrera de Indias no cesa de crecer por las necesidades del comercio y el desarrollo técnico, lo que dificulta su tránsito por el Guadalquivir a causa entre otras de la barra de Sanlúcar, mientras en Cádiz los barcos maniobran con facilidad. Los comerciantes extranjeros empiezan a preferir Cádiz por las facilidades de contrabando, los menores impuestos sobre las mercancías, importante mercado de dinero... A esto se une la epidemia de 1648 en Sevilla que provoca huida hacia poblaciones vecinas. Así Cádiz se convierte de facto en la cabecera de la Carrera de Indias, con el derecho del llamado “tercio de toneladas, aunque oficialmente no lo sea hasta 1717, cuando el Rey Felipe V decida trasladar aquí las dos instituciones claves del comercio de Indias: el Consulado, agrupación corporativa de comerciantes participantes en él, y la Casa de la Contratación, órgano regulador del tráfico mercantil hispano-americano. 

A Cádiz llegan grandes hombre de negocios del norte de Europa. Los nombres de Colarte, Lila, Wint, Panés, Ravaschiero o Recaño, entre otros, quedan unidos a la ciudad y sus hijos serán españoles de pleno derecho. franceses e Iitalianos, pero también irlandeses, ingleses, holandeses,...

La ciudad que rondaba los 7.000 habitantes en 1600 pasó a unos 41.000 habitantes en 1700. En 1786 en el censo de Floridablanca Cádiz era la cuarta ciudad de España en número de habitantes, tenía unos 71.500, sòlo superada en poco por Barcelona y Sevilla, y casi duplicada por Madrid.

La ciudad se extendió rápidamente en el poco terreno que le quedaba, pero esta vez de una forma planificada. Las familias acaudaladas del barrio de Santa María se mudan a las nuevas zonas, quedando este barrio con sus estrechas calles para las clases más populares. Nacen tres barrios de gran interés: el de la Viña, sobre el espacio de cultivo que le da nombre,  tambien de pescadores, obreros y artesanos, el de San Carlos en los años ochenta del seiscientos, próximo al puerto en el ángulo nororiental de la Punta de San Felipe, una perla del urbanismo neoclasico gaditano,  y el barrio de San José, en extramuros de Puertas de Tierra. 

Al final del siglo XVIII la ciudad adquiere la fisionomía que se ha mantenido hasta la actualidad y que podremos admirar contemplando la maqueta en maderas nobles marfil y plata  de la ciudad que existe en el Museo de las Cortes de Cádiz.

Del libro Recorrido por la cuidad de Cádiz y su historia de D Manuel Bustos Rodríguez


viernes, 20 de abril de 2018

CRISTOBAL COLÓN y CÁDIZ


Aquí se puede ver la placa situada en la fachada de la Iglesia de San Juan de Dios, a la izquierda del Ayuntamiento de Cádiz.

El descubrimiento de América supuso un importante resurgir de la ciudad de Cádiz.

Cristóbal Colón partió de Cádiz en dos ocasiones con destino a América, en concreto en los viajes pares, el segundo, partiendo el 25 de septiembre  de 1493 con regreso el 11 de junio de 1496 y el cuarto y último el 9 de mayo de1502.
El segundo viaje fue la mayor expedición a América realizada por Colón, tenía como finalidad asentar la presencia española en los territorios descubiertos, predicar la fe católica y encontrar el camino hacia India y Catay, una región de la actual China. Se realizó el descubrimiento de Jamaica y Puerto Rico. Cinco naos y doce carabelas, con una tripulación de 1.500 hombres. Un montón de frailes, gente de buen y mal vivir y hasta el cartógrafo Juan de la Cosa viajaban a bordo. 
Colón cayó en desgracia a cuenta del tercer viaje, que partió de Sanlúcar en 1498, y que acabó preso en Cádiz el 25 de noviembre de 1500, acusado de mal gobierno.
Pero los Reyes perdonaron la vida al descubridor con tiempo para sellar el cuarto viaje desde la Tacita de Plata, no ya cómo virrey sino como almirante.

LA GALEONA


Nuestra Señora del Rosario “La Galeona” se venera en el Convento de Santo Domingo. Fue durante largo tiempo Patrona y Protectora de la Flota de los Galeones españoles que unían anualmente Cádiz con las tierras americanas.

El día 19 de marzo de 1602, es la fecha de la primera noticia que tenemos sobre el embarque de la Virgen a bordo de los galeones que salían del puerto de Cádiz. En ese día, el Cabildo Catedralicio hace anotar en su libro de actas la petición del General de los Galeones para llevar la virgen en su viaje. Tradicionalmente la virgen era entregada por el prior del convento al almirante de la flota y éste la conducía solemnemente a la nao capitana, obligándose a devolverla una vez finalizado el viaje.

El acuerdo era probablemente secuela de una costumbre estable establecida ya con anterioridad y que por los años de 1571, con motivo de la batalla naval de Lepanto y la institución consiguiente de la Fiesta de Ntra. Sra. del Rosario, no hizo sino afianzarse, consolidando al mismo tiempo el patronato de la Virgen sobre toda la Armada Española . 

Esta imagen fue quemada en el año 1931 salvándose providencialmente la cabeza de la Virgen y el Niño Jesús. Fue reconstruida en el año 1945 por el escultor gaditano D. Juan Luís Vasallo, conserva en su interior, en forma de tizón, el cuerpo quemado por lo que es una imagen de la Virgen María singular por su historia y su significado entre los hombre de la mar.

Todavía hoy en algunas ocasiones especiales es embarcada en el Buque Escuela Español Juan Sebastían el Cano.

Desde el 19 de noviembre de 2004 existe una réplica de mayor tamaño en bronce de la Galeona en el Faro de las Puercas, en la entrada a la Bahía de Cádiz.


CASTILLO DE SANTA CATALINA


Tras el saqueo de Cádiz por los ingleses en 1596 Felipe II decidió fortalecer las defensas de Cádiz. Este castillo, a la derecha de la Caleta, fue  construido en 1599, siguiendo los planos del ingeniero Cristobal de Rojas. De planta pentagonal, llama la atención las puntas que a manera de estrella salen al mar. El arquitecto murió antes de concluir su proyecto y la obra final no era tan ambiciosa como la proyectada.

Durante el reinado de Carlos II se construyó la capilla y la sacristía en 1693. Esta capilla está dedicada a Santa Catalina de Alejandría y a la Purísima Concepción.
Carlos III en 1769 lo convirtió en prisión militar para personalidades destacadas. En ella estuvieron liberales e independentistas americanos y, a finales del siglo XX algunos implicados en el golpe de estado del 23 de febrero de 1981. El ex coronel José Ignacio San Martín que fue director general jefe del Servicio Central de Documentación de la Presidencia del Gobierno (SECED), Miguel Manchado García, el militar que proporcionó los autobuses a Tejero, y otros.
Declarado en 1985 bien de interés cultural, está abierta al público, tiene unas vistas muy bonita de la Caleta,  acoge exposiciones temporales y conciertos.
Muy cerca del Castillo, siguiento nuestro paseo, llegamos al PARQUE GENOVÉS:

ÓRDENES RELIGIOSAS

En Cádiz se establecieron en los siglos XVI y XVII las principales órdenes religiosas como puerto de salida para la evangelización de América y Filipinas, hasta el punto que el ayuntamiento empezó a poner trabas para su asentamiento, como en el caso de la Congregación de San Felipe Neri que requirió la intervención del Rey.
Los beneficios mercantiles unido al sentimiento religioso de las clases acomodadas colaboraron en el ornato de los templos con importantes obras de arte. Los mármoles italianos, junto a la caoba y la plata son materiales habituales en los templos de la ciudad.
El orden de su implantación
Las monjas Concepcionistas en 1527 en el arrabal de Santa Máría
Los Jesuitas en 1564 en el arrabal de Santiago
Los Franciscanos Observantes 1566 en la Plaza de San Francisco
Las Agustinas Descalzas 1567 en actual Plaza de la Candelaria.
Los Franciscanos Descalzos de San Diego en 1608
Los Hermanos de San Juan de Dios 1610 junto al Ayuntamiento
Los Agustinos Calzados 1617
Los Franciscanos Calzados 1622 en calle de San Francisco
Los Mercedarios 1628
Los Dominicos en 1635
Los Capuchinos en 1639 en el Campo del Sur
La congregación San Felipe Neri en 1674
Los Carmelitas Descalzos 1743

Recomendamos visitar por la gran belleza de sus retablos barrocos, sus capillas e imágenes  muchos templos de estas órdenes que aún siguen abiertos, Santo Domingo, San Juan de Dios,  Santiago, San Agustín,  San Francisco, La Iglesia del Carmen, San Pablo, San Lorenzo, Parroquia del Rosario,. Parece ser que ya desde fines del siglo XV los franciscanos se establecieron en la ciudad si bien el duque de Cadiz Ponce de Leon los expulso de forma violen
La referencia mas antigua de ordenes religiosas se remonta a los siglos V-VIII con la presencia de un monasterio de San Fructuoso

LA VULNERATA


Durante el asalto y saqueo inglés de Cádiz en 1596 las tropas inglesas arrastraron la imagen de la Virgen del Rosario con el niño Jesús a la plaza del mercado y ahí la mutilaron. Partieron la imagen, dejando la cara de la Virgen acuchillada, quitándole parte de la boca y de la nariz y cortándole ambos brazos. Del Niño Jesús no quedó más que una parte de sus pequeños pies en el regazo de su Madre.
La imagen era la titular de la cofradía  de los “morenos”, ubicada entonces en una ermita que era propiedad de los hermanos descendientes de antiguos esclavos de raza negra.
En el lugar de la ermita se edificó el Convento de Santo Domingo donde se venera la patrona de Cádiz.

La imagen mutilada fue sacada en secreto de la ciudad ese mismo año y depositaba en el oratorio de Madrid del adelantado mayor de Castilla y su esposa  la condesa de Santa Gadea. 

Los estudiantes y profesores (católicos) del colegio de los ingleses de Valladolid pidieron a la Condesa el derecho de hacer reparación por el comportamiento de sus compatriotas protestantes que habían mutilado la imagen. Aunque de mala gana ella consintió por fin, trasladaron la imagen a Valladolid en 1600, instalándola con gran solemnidad detrás del altar mayor de la capilla del Colegio de los Ingleses en Valladolid donde se encuentra desde entonces.

CRISTO DE LA BUENA MUERTE


Santísimo Cristo de la Buena. La autoría sigue siendo desconocida. Se sabe la fecha de la factura, 1648, y que fue encargada por un agustino para la capilla de los enterramientos de los hermanos del convento.

Muchos han sido los nombres ligados a la espectacular talla barroca, de Martínez Montañés a Alonso Cano pasando por Mena. Pero a ciencia cierta no se sabe con seguridad. Puede que fueran discípulos aventajados. Al Cristo se le han hecho radiografías, se le han buscado posibles indicios, pues en otras piezas se han encontrado firmas en lugares insospechados o algún papelito escondido con el nombre del autor... Aquí nada. 

La perfección anatómica de la imagen, el cuidadoso detallismo y las complicadas formas apuntan a los más importantes imagineros que trabajaron en Andalucía en la época del apogeo barroco. Pero el misterio aún está por desvelar. 

La mano creadora es sólo una incertidumbre más que cruza la trayectoria de una imagen que a lo largo de su historia nunca salió de Cádiz y siempre retornó a sus dueños. Los monjes agustinos.

Con la desamortización de Mendizábal, subastaron la imagen en la plaza de San Juan de Dios. Allí la compró un particular pero ese mismo día se la devolvió a los agustinos. Una práctica habitual ya que una vez regalada la imagen no se podía enajenar de nuevo ese bien.

Devoción y admiración. No en vano se cuenta que su musculatura perfecta ha sido ejemplo en más de una clase de anatomía. Los estudiantes de Medicina venían a verlo. En los años 50 y 60 venía el catedrático de Medicina de Madrid, el doctor Marañón, con sus estudiantes a Cádiz para que vieran al Cristo y explicar anatomía delante de la imagen. Una escultura que, entre otras dotes, tiene muy marcado el músculo coracobraquial –que va del codo hasta el corazón– y que nosotros ya tenemos atrofiado, advierte.

La minuciosidad en el trabajo de la boca y los dientes, que exageradamente ha provocado que popularmente se diga “tiene tallada hasta la campanilla”, los detalles de las costillas y la columna han despertado el interés y la emoción de cuantos han visto al crucificado o, con suerte, lo han llegado a tocar. El hermano mayor cuenta que  “La primera Semana Santa que entré en la junta de gobierno coincidió con la visita de un agustino que vino de Brasil a ver la imagen. La pusimos en el suelo y le cogí la mano y se la pasé por la espalda del Cristo. Inmediatamente, pegó un gran respingo y fue tal la sensación de recorrer una espalda que no es lisa sino rugosa, con el movimiento marcado, que se fue arriba, pidió un hábito y dijo que tenía que salir en la procesión para acompañarlo”.

La cofradía fue creada en 1894 por Cayetano del Toro, el que fue alcalde de la ciudad, y recuperada, principalmente, por los hermanos Pemán (César y José María) en 1921, que le dotaron del carácter austero actual y fueron los artífices de que se acompañara de la oscuridad. Con eso se conseguía un efecto tétrico y teatral, del gusto de Pemán.

Los No creyentes pueden ver en esa imagen lo que dijo Enrique Tierno Galván cuando fueron a quitar el crucifijo de su despacho, “La contemplación de un hombre justo que murió por los demás no molesta a nadie. Déjenlo donde está.”

LA PIEDRA OSTIONERA


Tan típica en muchos edificios de Cádiz es un tipo de roca natural constituida a partir de distintos materiales, entre los que son visibles areniscas y restos de animales marinos fosilizados (conchas y cáscara de distintos moluscos, fundamentalmente). Se extrae en cantera a cielo abierto en zonas próximas a la propia costa, donde es muy fácil verla.

La presencia de multitud de conchas marinas corrobora el origen de estas rocas en el fondo del mar durante miles de años, aunque hoy se encuentra buena parte de ella emergida y a simple vista.

Bien labrada constituye un elemento constructivo de gran belleza por su color y textura. Sus diferentes tonos de marrón -que van desde el color miel claro hasta el marrón más tostado u oscuro-, su aspecto muy poroso, su peculiar textura arenisca, y la presencia de restos de conchas a lo largo de su superficie, son valores característicos que la hace inconfundible a simple vista.

Por su alta resistencia a las inclemencias del tiempo su uso ha sido muy frecuente en elementos singulares como murallas y baluartes, torres de iglesias o portadas de casas de cierta importancia. También en importantes edificios militares, civiles y religiosos durante los siglos XVIII y XIX.

LA PLAZA DE SAN JUAN DE DIOS


Primitiva Plaza Mayor de la ciudad, que se llamó también de la Corredera, se dispuso, a extramuros e inmediata a una de las puertas de acceso, en este caso la primitiva Puerta del Mar, hoy Arco del Pópulo. Su disposición irregular está condicionada por coincidir con una de las embocaduras del antiguo brazo de mar, que originariamente atravesaba la actual isla de Cádiz.
Ya en el siglo XVI se había convertido en centro de la actividad urbana, abierto al puerto y presidido por el cabildo municipal, con la sede del hospital, almacenes de pertrechos. Su tradicional función comercial se vio incrementada a medida que el comercio americano iba creciendo, pues en su emplazamiento se ponían a la venta muchos productos exóticos que traían a la ciudad las flotas de indias. A finales del siglo XVIII se ordenó la construcción de puestos fijos que dotó al conjunto de carácter de mercado público, que se mantuvo hasta que fue inaugurado el nuevo Mercado Central en 1838 en la Plaza de la Libertad.

PUERTA DE TIERRA


Separa la ciudad de Cádiz en dos partes, el casco antiguo, Cádiz para los gaditanos, y la zona moderna, llamada Puerta de Tierra o Extramuros. 
 A partir de un primitivo muro del siglo XV, tras contínuas modificaciones y ampliaciones, a mediados del XVIII se contruyó este semibaluarte con varias líneas de murallas y glacis, hoy desaparecidos, que se pueden observar en la maqueta de la ciudad expuesta en el Museo Muncipal. Está construida con sillares de piedra ostionera y mampuesto y tiene a ambos extremos los baluartes de San Roque y Santa Elena.

 

En su centro se encuentra la entrada principal de la ciudad y durante mucho tiempo única entrada por tierra. Su portada es barroca, fue proyectada por José Barnola y ejecutada por Torcuato Cayón. Tiene dos cuerpos: el inferior con dos pares de columnas toscanas que sostienen un friso de triglifos y metopas, siendo la metopa central el escudo de la ciudad; sobre la puerta adintelada aparece una inscripción de 1755 dedicada a Fernando VI; el segundo cuerpo tiene en su base dos leones y una alegoría de la fama que junto a la cornisa trilobulada en la parte superior sirven para enmarcar el escudo real.

El Torreón de Puerta de Tierra fue erigido a finales de 1850 para que sirviera como la torre nº 57 de la Línea de telegrafía óptica de Andalucía de José María Mathé, podía enviar mensajes desde el Ministerio de la Gobernación (en Madrid) hasta Cádiz en casi dos horas. Funcionó hasta finales de 1857, en que fue sustituida por los postes de telegrafía eléctrica.

A mediados del siglo pasado se abrieron dos grandes arcos para el tráfico rodado, haciendo necesaria una remodelación del torreón central que perdió los dos cartabones laterales, a la vez que ganó las airosas cúpulas de las garitas.

La parte superior , incluido el torreón estanabiertos para las visitas turísticas.

LA CASA DEL ALMIRANTE


Es una casa-palacio de estilo barroco, situada en la plazuela de San Martín, barrio del Populo. Se mandó construir en 1685 por el Almirante Don Diego de Barrios, originario de Tavira, Portugal, donde su familia llegó a tener problemas con la Inquisición por su ascendencia judia conversa. Fue uno de los principales comerciantes de indias de la ciudad, y construyó este palacio como símbolo de su poder económico y social. 
En el exterior destaca la portada monumental que fue realizada en mármoles rojizos de diferentes tonalidades importados de Génova, salida del taller de los Andreoli y montada por el maestro García Narváez. El patio columnado, la escalera bajo cúpula elíptica, las maderas nobles como la caoba y el salón del piso principal dan aún muestras de su nobleza.
La fachada está rematada con dos torres miradores en los ángulos, consideradas las más antiguas de la arquitectura civil de la ciudad, modelo de las torres terraza posteriores, vigías de la llegada de los barcos.
Tiene un alzado de cuatro plantas, con un patio central. La zona baja destinada a almacén,  la segunda o entreplantas a oficinas, la tercera  es la planta noble que habitan los propietarios y la cuarta para vivienda del servicio.
No ha sufrido grandes cambios desde su construcción.
Es Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento desde el 6 de mayo de 2005.
Fue vendida por el BBVA en junio de 2017 a la cadena hotelera catalana Hotusa por un importe de unos 2 millones de euros. Actualmente está siendo restaurada para convertirse en hotel de cinco estrellas.

LA CASA DE LAS CADENAS


Es otra casa palacio del siglo XVII situada en la calle Cristóbal Colón nº 12, era la casa particular del rico comerciante del siglo XVII, el portugués D. Diego Barrios de la Rosa, hijo de Manuel Barrios, sobrino del dueño de la casa del Almirante, casado con la hija de este.
Su historia es, cuanto menos, singular. Raymundo de Lantery cuenta que en 1692 “Huyendo de la fuerte lluvia que caía, la custodia conteniendo el Santísimo Sacramento de la Eucaristía se vio obligado a abandonar momentáneamente la procesión del Corpus en donde iba, para buscar refugio en una casa vecina. Resultó ser esta la de D. Diego Barrios de la Rosa, quien al saberlo bajó hasta el zaguán con muchas hachas encendidas para recibirlo, e hizo llevarlo arriba, en su oratorio,… adorándolo con mucho fervor. En recuerdo de la efemérides construyó una casa nueva sobre la antigua, digna de tan grande honor, labrando para ello una puerta con columnas en mármol de Génova, argollas y cadenas”.
La monumental portada presenta dos cuerpos en altura. En el inferior destacan las columnas salomónicas pareadas que flanquean el vano de acceso y sobre éste, una lápida conmemorativa del suceso antes citado. El segundo cuerpo enmarca un vano por pilastras jónicas pareadas y se remata por un frontón curvo, cuyo tímpano se decora con un bajorrelieve alegórico de la Eucaristía. Patio y escalera conservan la estructura original.

Una vez finalizadas las obras, D. Diego solicitó del rey de España el privilegio de las Cadenas, que consistía en la instalación de unas columnas enlazadas por unas cadenas, que garantizaban la inmunidad ante la persecución de la justicia. Al parecer estas cadenas desaparecieron en 1730, pero se sigue llamando Casa de las Cadenas.

La Casa ha sido corral de vecinos, hotel, restaurante, tienda, colegio de monjas (las Esclavas), convento de sacerdotes, almacén, etc. En 1980 fue adquirida por el Ministerio de Cultura para destinarla a Archivo Histórico Provincial de Cádiz, tiene más de 17 km de estanterías con documentos de más de cien años.
Se organizan visitas guiadas.

CASTILLO DE SAN SEBASTIÁN



Está situado frente al Castillo de Santa Catalina. En este pequeño islote a la entrada de la Caleta existieron distintos templos en la Antigüedad, como el de Khronos, dios griego que controlaba la rotacion del cielo,  el paso de la noche al día y viceversa.
En el año 1457, la tripulación de una nave veneciana se refugió en la isla a causa de una epidemia de peste, reconstruyeron la torre y levantaron una ermita a la advocación de San Sebastián que le ha dado nombre. Aquí labraron las armas de la ciudad de Venecia en reconocimiento a la hospitalidad gaditana.

Tras el saqueo anglo-holandés de 1596 el lugar se destinó a baluarte defensivo, reconstruyéndose la torre en 1613 bajo la dirección de Juan de la Fuente Hurtado, dotándola de artillería y haciendo a su vez los servicios de faro para los navegantes.

Consta de dos espacios abaluartados asentados en cada una de las isletas. El primero, el verdadero castillo, se inició su contrucción en 1706, es de planta irregular, algo alargado, y con nueve lados. Posee parapetos, cañoneras, dos fosos de agua y puentes levadizos, uno que daba a la plaza de armas, en dirección a la ciudad, y otro, en el frente noroeste, que unía con el resto de la isla donde se encontraba la ermita y la torre-faro. Durante el siglo XIX se construyó un largo malecón por el que el castillo quedaba unido a tierra, a la puerta de La Caleta, pero en un principio tenía que esperarse la bajamar para acceder al castillo. 
En la segunda isla, igualmente amurallada, se yergue el actual faro, construido sobre la base de la torre-atalaya musulmana en el año 1908, el segundo eléctrico de España, de estructura metálica, y 41 metros sobre el nivel del mar. En él de realizan grandes conciertos.
En el interior del castillo se encuentra un Laboratorio de Investigación Marina de la Universidad de Cádiz.
Ha sido declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento. 
La visita es gratuita.